Fiel a mi costumbre, leo en la página correspondiente de mi agenda el trabajo preparado para hoy martes, como casi siempre, gracias a dios, a tope, lo mejor de todo que la zona donde me toca me encanta, Ubrique y alrededores, como soy un hacha
en mi trabajo, me doy toda la prisa que puedo, me salto el desayuno y el bocata y acabo, miro el reloj
, buf!!!! hora y media libre, a sabiendas de que la cesta viaja conmigo a todas partes, me pongo de camino a casa y observando el paisaje observo una zona que me llama la atención, ladera orientación norte, plagada de alcornoques y jara, sin dudarlo paro la flagoneta y me encasqueto las botas. Tardo la friolera de 2 minutos en llegar al citado lugar con mi cesta en la mano y el cuchillo preparado cual cazador hambriento, no me lo pienso tiro ladera arriba, entro rapidamente en calor, la mañana estaba nublada y soplaba viento frio (por aquí frio es entre 12 y 20º) antes de llegar a la cima zasssssssssss frente a mi un boletus que el solo vale subir aquella ladera 3 veces, no me acerco como una fiera, me paro lo miro, me recreo en el instante, le hago una foto, que edulis mas lindo, pienso, me acerco y a la cesta, lo huelo hasta 3 veces me encanta la fragancia de este boletus y del aereus
Sigo mi recorrido, a unos 20 metros aparece ante mi otro de ellos, este esta como queriendo salir de su escondrijo, es casi el doble de grande que el primero, lo mismo , me recreo en el y lo cazo para la cesta no sin antes alimentarme un poco con su aroma
Tras esto ya me siento, el rey del monte, se me ha olvidado el hambre (solo llevo en el cuerpo un café que me tomé a las 7.00) y el cansancio, prosigo mi caminata, divido dos grandes macrolepiotas proceras todavia cerradas, mejor asi, estan riquiiiiiisimas, bajo un poco desde la cima, zaaaaaaassssssss otros dos edulis de los grandes, estos con la cuticula mas oscura pero en estupendas condiciones. Transcurre así la primera hora, cuando tengo ya casi la totalidad de la ladera visitada, bajo y decido marcharme, ante mi un grupo de cantarellus cibarius parece decirme, todavia no hombre, quedate un ratito mas, repaso la parte baja de la ladera y me sorprendo de la cantidad y tamaño de las catarellus que encuentro, al final veo que son casi las 2 y media de la tarde, me largo estoy ahora si bastante cansado pero miro a asiento de al lado y se me olvida todo. Esa será mi ladera secreta donde prometo volver