El año pasado empezamos a coger boletus a finales de noviembre, pero el frío no llegó hasta diciembre.
El año pasado el problema fue la falta de lluvias y no el frio,por lo que todo se retraso,pero finalmente salieron las setas a tumba abierta pues quedaba poco para el invierno.
Este año,el problema no ha sido tanto el agua como el frio, y por eso ha habido un primer debil brote inicial,y de volver a llover y suavizarse las temperaturas,podriamos tener una segunda explosion de moderada intensidad,pero ya no sera tan potente como la del mes de noviembre pasado.
Lo bueno de este tiempo,es que el fracaso inicial ha podido desanimar a miles de seteros que hayan colgado la cesta hasta el año que viene tras reiterasas salidas infructuosas y los que regresen de nuevo al monte sin esperar mucho,pueden llevarse la sorpresa de encontrarse miles de boletus muertos de risa abandonados en el campo y se pueda llenar el cesto a velocidad vertiginosa.
Un abrazo.