Gracias David por el enlace.
Una verdadera lástima que ocurran casos así. Es curioso que como en tantas veces ocurre, que el intoxicado se trata de una persona mayor y lo describen como "un gran aficionado al mundo micológico", según parece no era la primera vez que iba a por setas y debería tener ya bastante experiencia .
Saludos
Me temo, Josep, que con este mundillo pasa como con muchas otras facetas de la vida: la ausencia de incidencias previas te lleva a una confianza que no es sino una falsa sensación de seguridad. Los mayores accidentes de coche rara vez suceden en los primero meses de carnet, en los que todo el mundo anda con 1000 ojos y asegurando cada maniobra; suelen llegar después, cuando te confías en que ya eres e p. amo conduciendo y en que nada te puede pasar.
Creo que la clave reside en no conceder ni un 0,01% el beneficio de la duda. Si en medio de un corro de agaricus, hay uno tan joven que las láminas aún no han adquirido la característica tonalidad rosa... pues seguramente se trate de otro agaricus, pero como por casualidad resulte ser una A. verna... luego ya no hay vuelta atrás.
Aparte, creo que a la hora de decantarse por consumir o no una especie determinada, hay que conocer y asumir los riesgos de las posibles confusiones, ya que ninguno estamos 100% libres de ellas. Me explico, nunca consumiré una seta u hongo sin estar seguro de su identificación. Pero si una vez me equivoco, no es lo mismo confundir un Boletus erythropus con un B. Luteocupreous (gastroenteritis más o menos aguda), que una confusión como la de la noticia, que te manda al otro barrio.