La verdad es que por esta zona está todo sequísimo, pero a fuerza de salir y de la ayuda de algunos amigos como Josué y Juan he podido encontrar algunas cosillas interesantes que os muestro a continuación.
Los bonitos Boletus erythropus que este año, a pesar de la sequía, han salido en abundancia.
Esta hacía algunos años que no la encontraba. Se trata de una seta hermosa, carnosa, de un tono lila muy pálido y muy parecida morfológicamente a la Lepista nuda. Se trata de la lepista glaucocana.
La fétida Micromphale brassicolens, con un olor como a berza cocida y podrida.
El abundante Marasmius confluens, sobre todo en hayedos. Nombre muy significativo.
La también abundante Lacrymaria lacrymabunda. Seta fea, pero buen comestible, según mi experiencia.
Esta, también muy abundante , sobre todo en caminos arcillosos y húmedos. Todos los años aparece en el foro.
Tenía que aparecer la ranita bermeja.
Las hasta aquí expuestas son de este precioso bosque de Quercus pyrenaica.
Las siguientes fueron encontradas con mis dos amigos Josué y Juan que bien lucen en la foto que pongo sin su permiso.
Con ellos vi a la reina.
Y al rey.
Al Boletus fragrans, o como co..o quiera que ahora se llame. Raro por Alava , pero parece que cada vez más abundante por Vizcaya.
Inocybe asterospora, parecida a la fasigiata, pero sin tonalidades verdes en las láminas y bastante más grande que aquella.
Lactarius azonites, muy parecido al fuliginosus, del cual antes se consideraba como una variedad con el pie blanco en lugar de grisáceo, pero con las mismas características. La foto es muy mala, pero fijaos en el cambio de color del látex, típico de las dos especies.
Xerocomus armeniacus, muy parecido al rubellus, del cual se distingue por el cuarteamiento del sombrero y por su color como de albaricoque.
Y por último los ejemplares por los que mereció la pena viajar hasta tierras vizcainas bajo la dirección de Josué al que estoy muy agradecido por enseñármelos, ya que solo los conocía por los libros.
Se trata del Boletus dupainii, preciosos ejemplares que conseguimos en su pleno apojeo. Si os fijáis es igual que un erythropus, pero con un bello color carmín-rosáceo (me acabo de inventar el término) en el sombrero.
No sé qué he hecho con las fotos, pero me salen grandísimas. Espero que podáis verlas sin dificultad.
Hasta otra y saludos para todos.