Yo mi ultimo encuentro escolopéndrico no fue precisamente con las setas, sino con unos cubos obsoletos de pintura de la comunidad.
Fui a coger uno de ellos para cambiar una bombilla del rellano, pero afortunadamente no le termine utilizando, porque no llegaba y tuve que hacer uso final de una escalera para resolver la situación.
Al ir a depositar el cubo a su posición inicial, vi una escolopendra kilométrica sobre el, que podría perfectamente habérseme subido encima de mi por haber profanado su madriguera.
Donde estaban situados los cubos había otra escolopendra mas grande todavía, pero yacía medio aplastada, seguramente por mi al mover los recipientes, y otra mas pequeña paseaba alegre a su lado.
Con la cucarachadura tan potente que sale por la arqueta no me estraña que haya escolopendras tan grandes al lado, que encima su veneno debe ser aun mas poderoso, al estar elaborado exclusivamente a partir de una dieta basada íntegramente en cucarachas.
Esta mañana volví a abrir el patio de motores y del sin fin de cadaveres de cucarachas (blatella orientalis) que había la otra vez solo quedaban 2 especímenes, por lo que algo ahí dentro se las va comiendo poco a poco, incluyendo la coraza. Quizás sea un nido de escolopendras gigantes, o algo más mamífero y menos venenoso, que sería el mal menor.
Con las setas afortunadamente no he vuelto a tener mas encuentros escolopéndricos. Los dos que he tenido hasta ahora han sido siempre con setas regaladas, nunca con setas recolectadas por mi persona, y tampoco es que me regalen setas todos los días, sino que tengo esa suerte, y casi que ya no acepto setas de nadie por su gran potencial para contener escolopendras en su haber.
Las escolopendras en ambos casos fueron pequeñas, y por ello no he perdido amigos, de momento.
Un fuerte y escolopéndrico abrazo.