Estoy de acuerdo contigo Félix en el 90% de tu intervención, tan sólo me gustaría volver a matizar que hay un número reducido de especies en las que sí que debería considerar que la gente supiera que están desapareciendo.
Por ejemplo, Phaeolepiota aurea cuenta en la Península con menos de 10 micelios conocidos, bastantes menos que los que había en los 80, suelen salir en bordes de caminos y son objeto sistemáticos de pateo por ser muy vistosas y salir en zonas frecuentadas del Pirineo, y también del arranque por parte de los micólogos para montar belenes, a menudo con ejemplares inmaduros que jamás esporularán. Si se editara una pequeña lista con especies de este tipo que se distribuyera entre los micólogos y en las zonas donde salen estas escasas especies, quizá mejorara su estatus.
Un saludo
Pues yo estoy al 100% de acuerdo con la opinión de Felix, y me extenderé un poco mas aun nombrando algún ejemplo más.
Si nos guiamos por lo que es escaso en ciertas regiones para incluirlo en la lista, casualmente la hydnum albidum, seta rara donde las haya, no sale en la lista, lo cual la desacredita en su totalidad.
Sin ir mas lejos, este año ha vuelto a verse ese escaso hongo después de 13 años sin aparecer, llevándose el premio al ejemplar más raro en las jornadas micológicas de Valladolid de manera inapelable.
Yo solo conozco un setal de hydnum albidum, y es el único que hay en toda la provincia, el mismo que se ha llevado el premio y el que conoce todo el mundo que la ha visto en mi provincia.
Hace 13 años salió con profusión, y sin saber de su rareza llené una cesta de ellas cuando la encontré, pensando que eran hydnum repandum descoloridos, y aún me pesa el haberla recolectado.
Yo también estoy con Félix con lo de que las setas amenazadas de extinción son otras. El gran sabio micólogo don Aurelio una vez dijo que el boletus edulis es una seta en peligro de extinción, y no porque haya pocos, sino porque cada vez va mas gente a por ellos, y los recolectan antes de que esporen (no dejan que amarilleen los poros).
El boletus pinicola, gracias a dios, al ser mas difícil de ver por salir mas enterrado y mimetizar mas con la pinocha, consigue llegar más veces a viejo (tampoco muchas más), y el aereus y aestivalis sobreviven gracias a salir en épocas que sale poco la gente al monte por preferir la playa.
La calocybe gambosa, al ser recolectada en fase botón, también está desapareciendo poco a poco de muchas zonas, y de una manera mas dramática aún que los edulis.
También opino como Félix, que lo que amenaza realmente a las setas, aparte de la excesiva recolección, es la destrucción de los hábitats. No creo que por recolectar un especimen o 2 para estudio de una especie sin interés comestible, se la este condenando a su extinción, lo que si sucede cuando el hábitat donde sale esa especie está seriamente amenazado.
Imaginaros que el bosque de quejigos donde sale el hydnum albidum pucelano desaparece; también lo haría el setal en cuestión, y con él, también lo haría la especie de toda la provincia; y lo mismo sucedería con otras muchas especies raras que perecen al destruirse sus hábitats.
En cuanto al boletus regius del que tanto se ha hablado; que sea una especie rara en la vertiente mediterránea no la vuelve amenazada de extinción, siempre que en una zona amplia del interior y oeste peninsular sea muy abundante, como así parece suceder.
Lo que sucede, como muy bien explica Felix, es que se trata de una seta que se da solo en bosques de roble melojo mediterráneos acidófilos con influencia atlántica, y por ello no podemos esperar verlo en zonas donde el clima, temperatura, arbolado, suelo y pluviometría lo hacen imposible, como las costas mediterráneas, en su mayoría calcáreas, sin rebollos y de clima muy diferente, con lluvias menos repartidas y temperaturas mas extremas en los meses estivales, que es cuando principalmente florecen los regius.
En todos los lugares hay endemismos y especies cosmopólitas, y no por ello se consideran todos los endemismos locales como en peligro de extinción, a no ser que se encuentren sometidos a amenazas reales, como la destrucción de sus hábitats, o la caza o recolección indiscriminada, y no es el caso del boletus regius, pues melojares donde salen hay a patadas en la península, algunos impenetrables con zonas donde jamás un hombre ha metido la bota, y se trata de una seta con interés comercial nulo, ya que siempre se encuentra parasitado por sistema, desde bien jóvenes. (Aun estoy por ver un regius sano, o al menos con un grado de parasitación aceptable para ser comido, y he visto decenas de ellos. Los aereus y aestivalis, sin ir mas lejos, se parasitan infinitamente menos que los regius)
Me gusta el ejemplo del haya en Andalucía de Felix, que aunque no haya sido el mas sido afortunado, ya que al ser una especie muy común en toda Europa, incluyendo el norte de la península, no creo que la incluyeran en una hipotética lista roja regional, pero sirve de analogía para entender la inutilidad de tales listados basándose únicamente en la escasez de ciertas especies en ciertas zonas, por mas comunes que sean en otras.
Por esa regla de tres irían de cabeza a la lista todos los endemismos locales de la península, que son cientos, aunque sean insultantemente comunes en la zona allá donde se den.
Una especie se debería considerar únicamente en peligro no por su escasez en ciertas zonas, sino por su claro declive en aquellas donde habitualmente se daba, sea por los motivos que sea, ya sean antropológicos, climáticos o naturales.
Por tanto, como ejercicio de conocimiento puede ser interesante la susodicha lista, pero no tiene mayor validez que la meramente anecdótica. Sinceramente, en vez de luchar por proteger especies, deberíamos luchar por proteger hábitats, y por prohibir la comercialización y recolección indiscriminada de hongos, así como condenar, sancionar y penar con cárcel o multas millonarias si hace falta las tácticas abrasivas con el monte y destructivas con la naturaleza en general, como el rastrillamiento sistemático nicalero, así como esquilmadoras, como la recolección de botones nicaleros y gamboseros, o de boletus de poros verdosos o de tamaño diminuto.
Sinceramente, no creo que la phaeolepiota aurea o el boletus dupainii se extingan porque un día un tío que no sepa de su rareza de con un par de ejemplares y los recolecte para una exposición, o para enseñárselas a su abuelo, sino mas bien porque algún desaprensivo prenda fuego al hayedo o robledal donde salga, o como bien dice Luis Rubio, por incultos desaprensivos que les dan patadas, pues desconocen el valor de las setas en la naturaleza.
El micólogo que recolecte un setal entero de phaeolepiota aurea no es un micólogo, sino un terrorista medioambiental. Una persona concienciada con la conservación no recolectaría nunca mas de 5 ejemplares de nada para una exposición, aunque sea de una especie hipercomún, y siempre en diversas fases de desarrollo, pues de nada le sirven 5 phaeolepiotas inmaduras que son todas iguales.
Cultivar la conciencia conservadora para especies concretas esta bien, pero la verdadera conciencia debe ser cultivar el respecto por la naturaleza en general y fomentar los bosques, en vez de quemarlos para pastos o cortarlos para leña y hacer muebles o periódicos con ellos.
No contaminar, no dejar basura en el monte y respetar cada ser vivo, salvo que sea abundante y se coma, en cuyo caso se pueden recolectar los ejemplares que vayas a consumir, y nunca ni uno mas, ni para comercializar, que es algo que siempre he condenado con furia, la lamentable comercialización de las setas, y menos cuando el dinero obtenido solo es para los bolsillos particulares en vez de revertir en la conservación de las masas forestales y de la naturaleza en general.
Esta concienciación a nivel general es lo que verdaderamente es útil, mucho mas que conocer listas de especies a proteger, que lo mas probable es que no veamos en nuestra vida, y si lo hacemos, lo mas fácil es que las dejemos de lado porque solo nos interesan los boletus o los nicalos que salen a su alrededor.
En resumen, más educación y conciencia ecológica y menos listas, toda la naturaleza ha de ser protegida en su totalidad, y no solo las especies mas criticas, pues de ahí es de donde surgirá la verdadera conservación. De nada sirve que yo respete una virosa si mañana un tío le tira una cerilla al hayedo donde sale y se prende fuego por entero, o va dando patadas a todo lo que encuentre, llevándose por delante mis virosas y dos mil setas mas.
En el caso del incendio perecería no solo esa virosa, sino muchas mas que salgan en otros setales, y todos los hayas, plantas y animales que dependían de ese ecosistema para vivir.
Un fortísimo abrazo concienciador y ecológico de Mariano para todo el foro.