El himenio tubular se elimina cuando los boletus han evolucionado tanto que su tubaje ha cambiado a color verde, o cuando se han recolectado demasiado maduros (siempre que la carne conserve su firmeza).
En ese caso, el poro suele aportar excesiva viscosidad al guiso, perdiendo calidad.
Los poros blancos de boletus biblicos no se retiran jamás, pues aportan sabor y textura, aumentando su complejidad y cualidades oganolepticas.
Para secar nunca se quitan, porque siempre se deberían utilizar boletus de primera, de poros blancos, aunque las empresas que comercializan boletus deshidratados, subrepticiamente suelen utilizar boletus de segunda con agujeros y poros verdes que no tienen ninguna salida en fresco, y así no tienen que tirarlos.