Está claro que lo mejor de las quedadas es volver a ver a aquellos con los que compartes experiencias seteras todo el año. Las setas las puedes coger o ver en otros momentos y lugares, pero a los colegas y amigos seteros sólo un par de veces al año, si te es posible. Siempre merece la pena ir, incluso cuando no hay setas, en especial, aquella que todos buscan en primavera por esos lares: el barrigón, el gran ausente. Ni siquiera Monrabal ha dado con ellos y no porque no lo haya intentado. En su lugar cogió unos 35 kilos de marzuelos y algunos de perrchicos. Otros nos conformamos con un puñado de marzuelos y unas cuantas colmenillas. Un saludo