Hace algún tiempo, durante varios años, mi abuela sufría de unas congestiones nasales importantes. Iba al médico y la inflaron a pastillas, pero nada la mejoraba. Ella misma, a través de su observación descubrió que lo que le producía semejantes atascos era cuando olía las flores de las adelfas que tenía en su balcón y que le regaló mi abuelo el día de su cumpleaños.
Si este juicio se celebra y les dan la razón pienso denunciar a mi abuelo, post morten, por querer matar a mi abuela, a la tienda que le vendió la planta y a mí mismo por trasplantársela.