Como al menos por aquí la cosa esta jodida, ésta tarde salimos a ver si nos mojábamos y ante el primer conato de chubasco había que abrir el paraguas para atraer... a las mismísimas nubes.
La naturaleza es tan agradecida que con las cuatro gotas que han caido nos agasaja con su feracidad.
En éste caso con el nacimiento de un castaño que aún tardará en dar sombra.
Y cómo no, ¡oh! sorpresa, las primeras amanitas... boudieri en éste caso.
Esperemos que sea una premonición de lo que nos queda hasta los rigores del estío.
Saludos y chubascos para todos y todas.