Sabido es, que cada hábitat tiene su propia vegetación y por ende, su propia vida micológica.
Yo sabía que en los pinos y encinas donde había estado la semana pasada. podía seguir encontrado rebollones y posiblemente, alguna macrolepiota.
Pero me tiraba y mucho una zona de robles y helechos donde podría encontrar “otras cosas”. No fue así, estaba todo sequísimo.
Más Kms y al oasis de la semana pasada. Cuando llegué ya era la una, todo muy buscado pero algo encontré, incluido un matrimonio de Cuenca, muy simpático, que se había acercado hasta allí huyendo la “pertinaz sequía”. (No les saqué fotos)
Pocos rebollones y la mitad gusanados, menos mal que al final encontré un nido de macrolepiotas.
Lactarius_
Macrolepiotas proceras:
Coprinus comatus estos no los cogí, los hemos probado de muchas formas y no hay manera: