Hola Manolo. Me alegra verte por estos lares. Podrás aportarnos serenidad, algo que muchas veces nos falta cuando empieza la temporada. Y es que todavía me acuerdo de la quedada de primavera: todos buscando por el monte como locos, de aquí para allá, y tu mujer y tú, tranquilamente, cerquita del coche, cogisteis más perretxicos que la mayoría de asistentes, quitando los maestros utielanos.
Un saludo para ti, y otro para tu mujer