La costumbre como algunos ya soys sabedores de ello, es la de salir mínimo 1 por mes fuera de temporada, si son más benditas vienen.. En esta ocasioón el motivo era doble, primero había que cerrar para marchar de vacaciones (el lunes me espera mi Málaga y espero que algún que otro encuentro compartiendo alturas de vuelo con el "Halcón Granaíno" y tal vez con otro miembro del foro malaguita tope perita de la Axarquía), y el otro motivo había que rendir cuentas a las promesas hechas a los hijos, nunca deben perder la fé en sus padres y lo prometido debe ser siempre deuda. Como es lo habitual y lo extraño y raro sería lo contrario, mi amigo El Pana se animó al envite y junto con su hermano Rubén, se apuntaron a un viernes de Despedida por Cierre vacacional (que evidentemente será reanudado tras la vuenta del merecido descanso). Mi amigo Juan Carlos y su hijo Hugo se apuntaron al paseo estival por la espesura del bosque, y mis hijas nerviosas contaban los días y hacían esfuerzos para no perderse el lance prometido. Marcial (mi amigo el cámara) fue testigo casi inapreciable de la larga jornada que nos deparó. Allí partimos tras comprobar que las esperanzas eran poco alagüeñas, pero el tesón no lo descubrió colón, es innato a todo hombre. Al llegar al monte las sonrisas y los pueriles gritos de emoción delataban lo ansiada que había sido la espera, pronto al descender a las inaccesibles hombrías de la montaña, allá donde los pecualiares microclimas se convierten en el acuartelamiento del maltreño foco de resistencia fúngica que aún perdura a los envites del tórrido verano. Lo demás queda dicho en las imágenes que os traigo, frescas como las setas que allí cogimos y que allí dejamos creciendo para, si el tiempo lo permite, poder dar asedio en sucesivas y últimas campañas estivales. Así que me voy a preparar la maleta que el cambio de tercio pide paso a las horas de reposo playero. Salu2