Hace unos dias volví a darme un paseo por un pequeño robledal del que siempre espero grandes cosas y hasta ahora no había querido sacar sus tesoros, posiblemente porque no lo visitaba en momento oportuno, está maravillosamente sucio de sotobosque y aunque no me haya dado tanto como espero es un auténtico placer andar por él, empapándome de agua de rodillas abajo, apartando peonias para andar, con suaves claros-oscuros que dificultan la foto pero que impregnan la vista de un colorido espectacular, cuando de pronto aparece la sta. franchetii con todo esplendor, pero que es aquello su prima crocea del tamaño de una naranja y emulando a su familiar cesarea y así fueron apareciendo, battarrae, vaginata, malleata, rubescens y algún personaje mas como L. acerrimus, A.arvensis con 28 cms de sombrero, A. campestris, aphilloforales, etc. y por fin enseño sus tesoros, pero ya era tarde y había que salir del paraiso, pero seguiré volviendo a disfrutar de mi querido robledal y sus obras que por suerte no es muy visitado ni codiciado por no llenar cestas, pero a los que solo queremos ver nos llena con generosidad, la vista, el oido, el olfato y hasta el sabor aunque sea picando a rabiar (L. acerrimus).
Saludos.