¿Cómo es?
La Terfezia arenaria es un hongo hipógeo (se desarrolla bajo tierra) que pertenece a los Ascomicetes. Tiene forma globosa irregular (guarda cierto parecido con una pequeña patata), de tonos rosados a pardos y ligeramente agrietado en la madurez. La carne es de color rosado con vetas blanquecinas. Olor fúngico y sabor ligeramente dulzaino. Sus esporas son esféricas de 16 a 21 micras.
¿Dónde y cuándo encontrarla?
Esta especie crece en terrenos arenosos pero de cierta compactación, donde se den las jaras, encinas, eucaliptos o incluso pinos, pero sobre todo una planta herbácea denominada "madre de la criadilla" (Tuberaria guttata) con la cual se asocia. El carpóforo se desarrolla en primavera. Si acompaña el tiempo y el terreno no se compacta demasiado debido a la escasez de agua, su recolección puede durar un par de meses y en algunos lugares puede ser muy abundante.
¿¿Cómo encontrarlas??
Bueno...esto es un tema mas difícil. Antes de montarnos en el coche para ir en su busca debemos prepararnos. Necesitamos una cesta donde guardar los posibles encuentros, un cuchillo o machete de hoja ancha y fuerte para poder escarbar y hacer palanca debajo de tierra para extraer la terfezia cuando la hayamos localizado, y por último y de más importancia, un palo para buscar criadillas. El palo ha de fabricárselo uno pues no sé de ningún sitio dónde vendan algo parecido.
Se trata de una vara de madera de 1 m aproximadamente en la cual se inserta un aguja o pincho de metal inoxidable, resistente a la torsión y de 2-3 mm de ancho por 14 de largo. Un extremo se introducirá en la vara de madera, unos 4 cm a fín de que quede bien anclado y no se nos salga por mucho que pinchemos en madera o plantas y el otro extremo se afilará para que haga el mínimo rozamiento con la arena al introducirlo. Armados con nuestro instrumental y con mucha ilusión ya nos podemos montar en el coche. Por ser la primera vez, nos dirigiremos preferentemente a alguna zona donde tengamos la certeza de que en años anteriores se han recolectado criadillas y al llegar a la localidad cercana intentaremos "sonsacar" a las gentes del lugar, si se estan cogiendo criadillas ya y por dónde deberiamos encaminar nuestro pasos para buscarla. Mucha gente es reacia a enseñar a forasteros los lugares donde se crian pero siempre hay alguien que nos da pistas o incluso con suerte nos lleva en su búsqueda. Una vez hayamos decidido dónde encaminar nuestra busqueda nos pondremos en marcha y llegado al sitio intentaremos localizar la "madre de la criadilla", no es difícil pues tiene una flor amarilla y unas manchas rojizas sobre las hojas y tallos inconfudibles. Con la planta ya a nuestros pies "desenfundaremos" nuestro palo y comenzaremos a pinchar el terreno aquí y alla un poco aleatoriamente. Lo que importa no es dónde pinchemos pues la criadilla puede estar cerca o lejos de la planta, muy enterrada o casi afuera de la tierra, en un montículo o en una depresión, lo que sí es importante es notar la reacción del pincho en el terreno; cuando sólo hay arena el pincho entra y sale facilmente, cuando pinchamos una raiz o tronco enterrado el pincho se clava y cuesta de sacarlo, pero cuando pinchamos una criadilla al sacar el pincho se nota como una succión. Es una sensación perceptible, pero sólo si estamos atentos a lo que estamos pinchando. En ese momento sacaremos nuestro machete y procedemos a desenterrar nuestro trofeo, una vez cogido el primero la sensación de dificultad pasa un poco y con suerte podremos obtener algunos más para la cena.
No es tan relajado como la búsqueda normal de las setas que afloran a la superficie pero tiene su encanto. Probad y contadme.
Amanito. Javirh