Yo sigo sin resistirme a quedarme un mes sin salir al monte a coger setas, y digo a coger setas, porque como bien ha apuntado Portentosum esas puntas especiales que convirten a algunos pequeños recónditos lugares en mágicos y allí se alberga la vida de algunas especies micófagas que tanto satisfacen al setero coger en la soledad y calma del monte en invierno, sin gritos ni destrozos, ni basuras,...., sólos con el monte, la cesta y la amistad, que es lo más sagrado. Salu2