Buena salida, si señor.
Continuando con el comentario de Portentosum, yo me tropecé con unos coprinus, cogí unos pocos y me dejé allí una cesta.
Al día siguiente cuando abrí la nevera estaban ya licuados y me quedé sin probarlos
. Hay que comerlos en el día (o antes
).
Lo cual comunico para el conocimiento y efecto de futuras generaciones.
Un saludo y felicidades