Junto al camino, en arbolado de pino laricio ( pinus nigra, nombre científico ) con piña pequeña prácticamente pegada a la rama con acículas alargadas muy punzante de un verde oscuro y emparejadas de a dos, tronco agrietado de un color ceniciento.
En el mismo sitio donde un mes antes observé varias rússula sanguínea y negrillas o fredolic ( tricholoma terreum ) pero de las que no cogí ninguna, ya que me da apuro o cierta aversión al conocer la
problemática de esta especie, la negrilla, que aunque es comestible, y con anterioridad la he consumido,
me impone gran respeto que provoque rabdomiólisis al igual que su prima, la tricholoma equestre, pero todo
dependerá de la cantidad consumida y de sus días consecutivos de su ingesta, ya se sabe, cuando el río suena... agua lleva, prefiero ser precavido y eliminarla de mi dieta.
Cual es mi sorpresa, al no esperar encontrar nada en los tiempos que corren ya finalizando el año con tiempo frío, me encuentro unas setas, varias juntas y no muy espaciadas en el terreno bajo la hierba, de color blanquecino, a primera vista me parecieron algún clitocybe que me dije vaya usted a saber cuál, la curiosidad hizo que me aventurara a cogerla para poder traerla al foro e identificarla.
Al tocarla suavemente por debajo del sombrero me di cuenta que tenia pinchos, aguijones, la caja registradora de datos neuronales se puso en marcha y en seguida dije: hydnum!
Cromo nuevo!!
Yo ya conocía el hydnum repandum encontrado en hayedo, de color anaranjado, pero este era blanco y en otro hábitat, en pino, sea donde fuere, lo que está claro es que es hydnum y la suerte es que no hay muchos para determinar su apellido.
La ficha de Luis Miguel García Bona me dio la clave, se trata de hydnum albidum.
En la imagen se ve la especie de color blanco que tiende a tomar un color amarillento-crema, sus láminas, son aguijones mas bien largos, el color, dependiendo el enfoque, es blanco si se mira de costado por sus aguijones y anaranjado si se mira de frente, el pie es corto, fácilmente quebradizo y su carne blanca sin olor destacable.
De los diez o doce ejemplares que vi, sólo me llevé 3, para saborearlos, lo cierto es que no le pido más a la madre naturaleza, me hace mas ilusión encontrar cromo nuevo, que llenar la cesta.