Según los datos que sacó Carlos Muñoz en su tesis doctoral del 2011 sobre trazas de metales en los hongos, habría especies
que no deberían consumirse salvo en pequeñas cantidades como es el caso de Agaricus arvensis que muestra contenidos medios de cadmio muy altos 24,90 mg/kg.
También superan los valores máximos permitidos por las legislación checa y europea Tricholoma terreum, Agaricus campestris, Agaricus silvaticus, Clitocybe geotropa, Xerocomus badius, Macrolepiota procera y Agrocybe aegerita. Los contenidos de algunas muestras aisladas han llegado a 72,46 mg/kg en Agaricus arvensis y 41,91 mg/kg en Agaricus campestris.
Además, el tricholoma terreum es una especie acumuladora de metales raros como el indio, talio, bismuto y boro y de otros más usuales como el manganeso, cobre y zinc. Seguramente a otras especies comestibles les ocurrirá lo mismo, pero la negrilla está ya marcada como una especie muy acumuladora de metales