Pues en algunos pueblos pinariegos de Valladolid, Montemayor de Pililla en concreto, la gyromitra es una seta que se tiene en una gran estima, puesto que la población esta dotada de un gen que les hace resistentes a su potente veneno.
Eso si, el día que inviten allí a alguien de fuera a una merienda a base de gyromitras habrá una tragedia.
Es por ello que el presidente de la asociación vallisoletana de micología ya ha avisado con firmeza a la población del riesgo existente para que tomen cartas en el asunto, y desde hace años recomienda encarecidamente a los montemayores que las dejen de consumir, por si por cualquier motivo hubiera alguien que no hubiese heredado el gen de resistencia y corriera peligro, o compartieran plato con foráneos.
Por otro lado, antes de llenar una cesta de gyromitras o cualquier otra especie, hay que estar muy seguros de que la especie en cuestión sea comestible, no porque quede la cesta inservible por contaminación por contacto, sino porque son miles y miles de cestas las que se desechan todos los días al llegar a casa, por una mala identificación in situ, lo cual supone un desperdicio, pues toda esa biomasa podría haber servido para alimentar a millones de seres vivos, y así no aprovechan a nadie.
Al menos úsalas para abonar las macetas, o si conoces a alguien de Montemayor, igual puede que le interesen.
Tras este pequeño tiron de orejas de Mariano, te felicito por tus capturas, mitrophora semilibera y gyromitra esculenta.
Un abrazo.