Aunque la familia con la que fui ese finde a la zona de la quedada me retuviera, hice un par de escapaditas para ver y saludar a los colegas, que me recibieron como siempre. Me pasé el viernes, aunque ya había cenado en familia, a tomarme un par de gin-tonic, uno en la barra y otro en la pérgola, que agradezco a Juan y Rosa, y el sábado a ver la exposición de setas, que fue impreionante en variedad y eso que todo estaba muy seco y no había nada, según los expertos.
Por mi parte, no me puedo quejar del fin de semana que me pegué en familia, pues, aunque había pocas setas y muy localizadas, nos entretuvimos y no se nos dio nada mal. Bueno, no me enrollo más y dejo algunas imágenes que valen más que mil palabras:
Estos son los primeros edulis que hallamos en el camino hacia la zona de residencia, a la que llegamos ya de noche:
Al día siguiente madrugamos para ver si el monte estaba tan mal como decían todos y la verdad es que lo encontré mejor de lo que esperaba:
Perdón por la calidad de las fotos, pero mi hija me puso el flash automático y saltaba casi siempre por falta de luz y yo, que soy un negado para estas cosas, no supe desactivarlo. Me despido con una foto de la familia al completo y otro de la recolecta final del sábado: