Es, sencillamente, escandaloso. Menos mal que Rusia queda muy lejos; si no, más de uno estaría haciendo las maletas en busca de esos paraísos seteros. Exagerado e innecesario para disfrutar. Eso debe cansar mucho. No hay nada más que ver la cara de los que tienen que limpiarlas. Aunque la verdad es que las fotos de los montes con ellas sin arrancar son espectaculares y únicos. ¡Qué pasada!