Pues con las lluvias de abril y mayo (aquí en el oeste salmantino estuvo lloviendo hasta el martes pasado) y las altísimas temperaturas de estos días lo único que salen son los insectos. Me las prometía felices en los bosques de roble, quejigo y encina y no he visto ni un boletus, ni una amanita, ni na.
Menos mal que siempre me quedan los pleurotus eryngii ferulae de los prados, esos no fallan. Aunque este fin de semana estaban llenos de gusanos.