Bueno, por lo menos sabes dónde tienes que ir, Marta, ahora a esperar el deshielo, no?
Suerte y un saludo
Era entonces el
tiempo de esperanza,
Sueños, sonrisas…
La canción de todos como un acorde.
Se iba diluyendo la nieve en el invierno largo
La luz abría en las ventanas espacios infinitos
Sombras huyendo.
No quedan las palabras de entonces
Muro de silencio acolchado
Llueve
Eternamente en gris con exacta pulcritud
Recordando que nunca hay que pensar que seremos los mismos.
Estuve junto a la fuente de piedra, esa que guardaba los nombres.
Me recibió el gotear del agua, todavía sin escarcha, presintiendo ya el hielo.
Hube de buscar los
marzuolus en vano. Quizá solo estuvieron en mi recuerdo.
Los castaños y los arces habían dejado caer sus hojas sobre el invierno.
Y así, en el jardín donde permanece el estanque, busqué aquel rumor de entonces…
Perdón a María Antonia por las licencias, ella buscaba alerces, no marzuolus