El cuerpo humano tiene instintivamente el instinto del asco a los gusanos, porque es como un mecanismo de defensa ante intoxicaciones, pues donde hay gusanos hay excrementos, en definitiva, hay bacterias que pueden ser patógenas.
Por otro lado, las setas parasitadas se descomponen también a mayor velocidad, pues el aire plagado de bacterias penetra cada vez mas fácilmente por las galerías practicadas por todos los aparatos masticatorios que hay interviniendo dentro de manera continuada, y como dicen por ahí, a cada hora que pasan aumenta su tamaño y numero de manera exponencial a medida que crecen o nacen nuevas larvas.
La exponencial es mas pronunciada contra mayor sea la temperatura, de forma que a partir de 30 grados tenemos una curva casi vertical que hace que las setas terminen andando.
Espero haberte aclarado algo.
Abrazos.
Mariano