Pues eso, ayer estábamos esperando mi mujer y yo a que amaneciera un bonito día en nuestra casa de la costa Cántabra, y salió medio lloviendo, por lo que no pudimos ir a la playa.
Así que, nos pusimos las botas, y nos fuimos a una zona de encinas y robles al lado de casa. Como ha llovido las últimas semanas, la abundancia de especies es importante.
Empezamos por una Russula foetens, muy abundante por aquí, con su márgen muy estriado, y su característico olor a gambas podridas.
Un falso níscalo, muy picante, típico de los encinares y quejigales.Sombrero amarillo anaranjao, muy zonado, el Lactarius zonarius
Sobre hojas muertas de encina, Collybia peronata, con su característica base del pie pilosa. Muy picante.
Muy picante también, Russula luteotacta, rosa, con su cutícula no separable, de color rosa, que se decolora muy facilmente al blanco, y su pie y láminas que amarillean al manipular.
Gymnopus dryophilus.
Muy abundante en estos encinares costeros es el riquísimo Cantharellus ferruginascens, de menor tamaño que el cibarius, olor a cloro, se oxida en las heridas, y pliegues más gruesos y menos marcados. Su variabilidad cromática es espectacular: amarillos, naranjas, blancos, lilas... Cogimos una buena ración.
Y saliendo del encinar, dirección la zona de robles, me encontré estos Gymnopus fusipes.
Relativamente abundantes en los robledales de esta zona, Boletus fragrans, de un color marrón, como espolvoreado de cacao, pie marrón, poros amarillentos que azulean con facilidad. Su carne también azulea, pero más levemente. Olor afrutado intenso, sobre todo, un rato después de recolectarlos. Muy rico.
Otra boletacea, en el mismo robledal, el pequeñísimo y bello, Aureoboletus gentilis, sombrero y pie rosado, poros amplios amarillo vivo. Cutícula bastante viscosa y brillante. Sale en zonas húmedas de los robledales y hayedos, es poco frecuente.
Una Russula rojo sangre, pero dulce, Russula lepida, cutícula aterciopelada, pie rosado super duro, al igual que toda su carne, es dificil machacarla con 2 dedos.
Y para finalizar, también dulce, Russula virescens, con su sombrero verde atigrado.