Buenas tardes a todos los foreros/as.
Me llamo Fran, soy cordobés y, como tantos otros, tan sólo un recién llegado al fascinante mundo de la micología al que le gustaría ampliar progresivamente sus conocimientos y compartir experiencias con otros aficionados.
Aunque de niño me despertaba gran curiosidad la naturaleza y fui varias veces con mi padre (bastante micófilo) a coger níscalos en los pinares de la Subbética, no había vuelto a interesarme en esta disciplina en concreto hasta hace un año y algo, cuando a raíz de una serie de lecturas caí en la cuenta de que sabía bastante poco de la biodiversidad andaluza. A partir de ese momento, me propuse pasar más tiempo en el campo y conocer con mayor detalle los diferentes ecosistemas y la enorme variedad de seres que los pueblan. En uno de esas caminatas me encontré con una magnífica Macrolepiota Procera de impresionante porte (yo aún no sabía qué seta era), que simplemente me hechizó. Cuando llegué a casa, consulté una vieja guía de hongos que mi padre me había prestado y allí estaba. Esto me animó a salir al campo aún más a menudo y a buscar setas de forma activa, observándolas e intentando identificarlas con la ayuda de mi guía. Así durante un tiempo prudencial, hasta atreverme finalmente a recoger y consumir algunas especies como el Boletus Edulis o el Lactarius Deliciosus (bonito reencuentro), previa confirmación por parte de fuentes fiables de que no suponían ningún riesgo. Esto último probó sobradamente que ya no había vuelta atrás, pues, según mi punto de vista, pocas cosas hay más gratificantes que encontrar la seta (un hecho bastante extraordinario de por sí), ser capaz de determinar cuál es y, finalmente, pasarla por la sartén (de paso, soy un gran aficionado a la cocina) y degustarla.
Esperando aprender muchísimo aquí, os envío un caluroso saludo.