En Gaztelumendi a 5 de septiembre de 2011...
Hace algo más de un año y como bien recordará el "hombre de pocas palabras" tuve un apasionado romance con Inonotus hispidus, la yesca peluda del fresno, uno de esos intensos e inolvidables amores de verano. Este árbol era hace tiempo sistemáticamente plantado en las cercanías de las ahora tristes y abandonadas majadas de montaña. El fresno de las fotos está además atacado irremediablemente por Armilaria.
El fresno proporciona buena sombra en verano, protege de las frecuentes lluvias, en los años secos el ganado ramonea a gusto las hojas, es el último árbol en perderlas en otoño, su madera se utilizaba para el mobiliario de las chabolas, y además protege el entorno de los incontrolables rayos.
Esta yesca se ha empleado en el aumento de la producción de carne, se ha utilizado también como tintura, y a pesar de que todas las publicaciones la catalogan como incomestible, de joven se la ha considerado como beneficiosa en trastornos intestinales, y también se ha especulado sobre sus propiedades narcóticas.
Frecuente en Norteamérica, raro raro en Europa, dicen que abunda en Gipuzkoa, este ejemplar es sólo el segundo que encuentro..... el siguiente verano también lo buscaré.
Imagino a pastores de hace 3000 ó 4000 años en la zona, utilizando esta yesca para mantener el fuego..... no es broma, la zona está "sembrada" de túmulos no catalogados que espero en breve analizar con expertos de Aranzadi.
Cualquier publicación de divulgación naturalista suele insistir en el inmenso desconocimiento que tenemos de la naturaleza..... no lo digo yo, de Homo sapiens, nos hemos convertido en Homo tecnologicus..... y el siguiente e imprescindible cambio, cambio global, deberá ser a pesar de algún que otro navarrico, a Homo ecologicus.
Aunque estamos narcotizados de insana superficialidad, el futuro sin duda es el conocimiento.